BUENOS ALIADOS Y MALOS ALIADOS
Existen una serie de palabras claves y situaciones en la Palabra de Dios de este domingo que han dado pie al título de esta reflexión.
Como buenos aliados que nos ayudan a vivir la vida cristiana y avanzar en el camino de la salvación nos encontramos:
· La misericordia y la fidelidad; la justicia y la paz; Estas aparecen en el Salmo responsorial.
· Presencia de Dios y silencio. Dios se hizo presente al profeta Elías en una “suave brisa”.
· Un Dios cercano, aún en medio del miedo y el peligro. Cercano al profeta Elías, que está siendo perseguido por su fidelidad a Dios y a la alianza. Ese Dios cercano también en el Evangelio. Jesús cercano a la gente. Multiplicó los panes y les dio de comer hasta saciarse, enseñó a la gente los valores del Reino de Dios y luego despide a la gente; y cercano a sus discípulos en medio de la dificultad de la tempestad.
· La verdad en Cristo. De ella nos habla San Pablo en la segunda lectura.
· Fe y confianza; misión y oración. Jesús en el Evangelio reprocha a Pedro la falta de fe y de confianza en él; a la vez nos enseña que la oración no puede apartarse de la misión. Él se retira a orar en medio de su actividad misionera y el éxito de sus milagros.
Malos aliados: El miedo y la duda. Aparecen en el Evangelio.
Este episodio es importante relacionarlo con lo que vivieron los discípulos a raíz de la muerte y la resurrección de Jesús. Miedo a los perseguidores, puertas cerradas, dudas, incredulidad, falta de confianza, indecisiones, etc. Todo esto les impedía cumplir la misión y vivir la fraternidad.
Vivimos una situación en nuestro país y el mundo que provoca, precisamente, miedo. Me refiero a la pandemia del covi-19. No permitamos que nos asalten el miedo, la falta de fe y la desconfianza.