Primer día

Jesús, Hijo de Dios

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a la gente sencilla. Sí, Padre, así te pareció bien (Mt 11, 25). El Padre puso todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquellos a los que el Hijo se lo quiera dar a conocer (Mt11, 27).

SALMO 113 (112)

Alaben, servidores del Señor, el Nombre del Señor. Bendito sea el Nombre del Señor, ahora y por siempre. Desde que sale el sol hasta su ocaso alabado sea el Nombre del Señor.

Sobre todos los pueblos el Señor en gloria se levanta sobre el cielo. ¿Quién como el Señor, nuestro Dios, que sube a su alto trono y baja a revisar cielo y tierra?

Desde el polvo levanta al miserable, de la mugre retira al desvalido, para darle un asiento entre los nobles, con los grandes del pueblo. Asegura a la estéril en su casa como madre gozosa de sus hijos.

MEDITACION

Señor Jesús, Tú eres el hijo predilecto del Padre, venido al mundo para salvarnos. Con toda la Iglesia proclamamos nuestra fe en Ti. Eres nuestro Señor, nacido de la Virgen María, hecho hombre entre los hombres. Tomaste nuestra naturaleza, nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestro cuerpo. Creciste en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. Manifestaste la bondad del Padre sobre nuestros caminos. Pasaste haciendo el bien. Entregaste tu vida y resucitaste de entre los muertos para ser el primogénito de una multitud de hermanos.

El Padre te lo dio todo y Tú le diste todo. Él se reconoce totalmente en Ti. Tu rostro tiene los rasgos del Padre. Tu Corazón es el suyo. El objetivo de tu vida es darnos su vida en abundancia. Tu alimento es hacer su voluntad. El Padre te ama, porque das tu vida.

Por el Espíritu surgido del costado abierto por la lanza en la cruz, nos revelas incesantemente a tu Padre y nuestro Padre. Por el don de este mismo Espíritu nos haces hijos suyos, sus pequeños. Nos haces a su imagen y a tu imagen. Quieres que seamos como Tú, totalmente entregados al Padre y a los hermanos y hermanas.

ORACIÓN

Bendito seas Señor: Tú, Hijo de Dios, tan semejante a nosotros en todo, menos en el pecado; Tú, que amas al Padre y nos amas a nosotros con Corazón humano y haz nuestro corazón semejante al tuyo, amante, compasivo y misericordioso. Bendito seas, Señor: Tú, Hijo de Dios, tan cercano a nosotros y tan unido al Padre; Tú, sabiduría de Dios, tan humilde y pobre, vuélvenos pequeños para orar y amar como Tú.

Jesús, Corazón de Dios, paz y alegría nuestra, haz que todos los hombres se dejen reconciliar con el Padre y que se reconcilien con sus hermanos y hermanas. Jesús, Corazón de Dios, te pedimos por los que sufren el desamor, por las víctimas de la injusticia, de la violencia y del odio; cambia el corazón de los opresores. Jesús, Hijo de Dios, intercesor nuestro ante el Padre, haznos crecer en la fe y en la esperanza. Jesús, Hijo de Dios, de tu Corazón nació la Iglesia: congréganos en la unidad, para que el mundo crea y se salve.