“CUANDO DIOS QUIERE UNA OBRA, LOS OBSTÁCULOS SE CONVIERTEN EN MEDIOS”. JULIO CHEVALIER

Padre Arturo Pichardo

En la tercera semana de Pascua que recién terminamos hemos leído en el libro de los hechos de los Apóstoles toda la persecución de que fue objeto la Iglesia en sus orígenes; no les bastó a los representantes de la religión judía, entiéndase, Sumo Sacerdote, el Sanedrín y otras muchas personas influyentes, con dar muerte a Jesús, luego la emprendieron contra los Apóstoles, discípulos y discípulas. Así hemos leído cómo dieron muerte al Diácono Esteban, llevaron a la cárcel a los Apóstoles, en fin, desataron una cacería contra los seguidores de Jesús. Luego surge Pablo de Tarso como una figura muy peligrosa quien consigue autorización de las autoridades religiosas para llevar presos a los discípulos. En esa tarea lo sorprende el Señor, lo tumba del caballo, lo llama y lo convierte en un instrumento suyo al servicio del Evangelio, especialmente, entre los gentiles, lo convierte en un gran misionero.

Nos han dicho los hechos de los Apóstoles estos días que ante la persecución en Jerusalén, los discípulos se fueron a la región de Galilea y Samaria y allí cumplían el encargo del Maestro: “Vayan por el mundo entero y prediquen el evangelio”, Mc 16, 15-18. La persecución, provocó una dispersión, pero ese fue el medio para que, donde llegaba un cristiano o cristiana, llegara el Evangelio, el anuncio de la Buena Nueva.

En el momento actual, tenemos muchos obstáculos causados por el covi-19, nos ha dicho el Papa Francisco que “para muchos creyentes la imposibilidad de participar en la liturgia y en los sacramentos agrava la situación de pérdida, desánimo y desconcierto, aunque la Iglesia nos invita a renovar nuestra fe en Cristo Resucitado…las dificultades del momento han estimulado la creatividad y la inventiva de muchos Sacerdotes que, utilizando los nuevos medios de comunicación, se hacen presentes en la vida de las comunidades y de las familias encerradas en las casas”, (Documento FUERTES EN LA TRIBULACIÓN) de esto somos testigos, y no sólo Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, Laicos comprometidos, hacen posible esta labor. Los fieles están privados de los sacramentos, pero son alimentados diariamente con la Palabra y el servicio de muchas personas que le extienden su mano solidaria a los más pobres, llevando alimentos, ayudando a los enfermos, en fin, siendo presencia de Nuestro Señor Jesucristo en la tribulación de muchas personas.